El lobo marsupial o tilacino (nombre científico Thylacinus cynocephalus), también conocido como lobo de Tasmania, tigre de Tasmania y tilacín, fue un marsupial carnívoro originado en el Holoceno. Era nativo de Australia y Nueva Guinea y se cree que se extinguió en el siglo XX. Se trataba del último miembro viviente de su género (Thylacinus), viviendo los otros miembros en tiempos prehistóricos a partir de principios del Mioceno.
El lobo marsupial se extinguió en el continente australiano miles de años antes de la llegada de los colonos europeos, pero sobrevivió en Tasmania junto con otras especies endémicas, incluyendo el diablo de Tasmania. Generalmente suele culparse de su extinción a la caza intensiva, incentivada por recompensas, pero podrían haber contribuido otros factores, como por ejemplo las enfermedades, la introducción de los perros, o la ocupación de su hábitat por los humanos. Aún cuando se lo considera oficialmente extinto, todavía hay quienes dicen haberlo visto.
Como los tigres y lobos del Hemisferio Norte, de los cuales heredó dos de sus nombres comunes, el lobo marsupial era un depredador alfa. Siendo un marsupial, no tenía relación con estos mamíferos placentarios, pero debido a la evolución convergente, presentaba la misma forma general y las mismas adaptaciones. Su pariente vivo más próximo es el diablo de Tasmania.
Evolución.
El lobo marsupial moderno apareció por primera vez hace cuatro millones de años. Las especies de la familia Thylacinidae datan del comienzo del Mioceno; desde principios de los años 1990, se han recuperado fósiles de al menos siete especies extintas en Riversleigh, parte de Lawn Hill National Park al noroeste de Queensland. Nimbacinus dicksoni es la más antigua de las siete especies fósiles descritas, poseyendo veintitrés millones de años de edad. Este tilacínido era mucho más pequeño que sus parientes modernos. La especie más grande, Thylacinus potens, que alcanzó la medida de un lobo, fue la única que sobrevivió en el Mioceno superior. A finales del Pleistoceno y principios del Holoceno, el lobo marsupial moderno se distribuía (sin llegar a ser numeroso) a través de Australia y Nueva Guinea.Como ejemplo de evolución convergente, el lobo marsupial presentaba un gran parecido con los cánidos del Hemisferio Norte: dientes afilados, mandíbulas potentes, talones levantados y la misma forma general. Como el lobo marsupial ocupaba el mismo nicho ecológico en Australia que los cánidos del resto del mundo, desarrolló muchas de sus adaptaciones. Pese a esto, no tiene relación filogenética cercana con los predadores del Hemisferio Norte; su pariente más próximo viviente es el diablo de Tasmania (Sarcophilus harrisii).
Son fáciles de distinguir de un perro auténtico por las rayas de la espalda, pero el esqueleto es más difícil de distinguir. Los estudiantes de zoología de Oxford habían de identificar cien ejemplares zoológicos como parte de su examen final. Pronto se corrió la voz que, si nunca se encontraban un cráneo de "perro", era seguro identificarlo como lobo marsupial puesto que algo tan obvio como un cráneo de perro debía ser una trampa. Un año, los examinadores les prepararon una doble trampa e incluyeron un auténtico cráneo de perro. La manera más fácil de distinguirlos son los dos agujeros prominentes al hueso palatal, agujeros generalmente característicos de los marsupiales.
Richard Dawkins, en su libro The Ancestor's Tale
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