Aunque una iguana esté completamente domesticada y lleve con nosotros muchos años, jamás debemos olvidar que es un reptil. Y como tal, es un animal que actúa por instintos (no por emociones). Una iguana (aunque sea nacida en cautividad) sigue manteniendo sus instintos de animal salvaje y actuará siempre bajo las directrices que éstos le manden. No debemos caer en el error de sentirnos confiados porque en el momento menos esperado (y aunque nuestra mascota jamás haya dado signos de agresividad) puede atacarnos por culpa del estrés, por estar en celo, por sentirse intimidada, por una incorrecta manipulación de la iguana, etc.
Las iguanas verdes adultas tienen una dentadura poderosa que posee una fuerza capaz de sujetar con su mordedura un brazo humano durante varios minutos. Sus diminutos y afilados dientes pueden causarnos heridas bastante dolorosas si no vamos decentemente protegidos. Normalmente hasta que no se relajan no suelen soltar a su “víctima”, con lo que si no queremos lastimar a nuestra mascota deberemos aguantar el dolor de su mordisco hasta que podamos abrirle la boca con cuidado y separarla de su objetivo (en este caso y según las dos fotos que adjuntamos, de la pierna).
Antes de atacar, la iguana se muestra muy nerviosa, con los ojos muy abiertos y nos avisa de su “malhumor” resoplando por la nariz y a veces gruñendo. Si nuestra iguana actúa de esta forma es mejor no abrir su terrario porque se abalanzará sin dudarlo hacia nosotros con la intención de morder. Si es de vital importancia abrir su terrario para recolocar algún objeto que pudiera lastimarla o porque su salud pudiera correr serio peligro es vital que recordemos que su mordedura puede atravesar un pantalón o una camiseta, con lo que es esencial protegernos con guantes (nosotros usamos guantes de motorista) y una prenda gruesa de vestir que nos pueda proteger ante un eventual ataque.
Si la mordedura de nuestra iguana adulta nos coge por sorpresa y acaba mordiéndonos deberemos desinfectar la zona con Yodo (Betadine) y, evidentemente, si la herida es muy profunda deberemos acudir al hospital para que suturen la herida. Si la iguana es salvaje deberemos consultar con nuestro médico la necesidad de que nos inyecten algún tipo de antibiótico ya que las iguanas en estado de libertad pueden tener muchas bacterias infecciosas en su boca.
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